jueves, 13 de septiembre de 2012

En memoria muerta.

Aquel día cuando me dijiste que no te irías, que no me dejarías... aquel día me prometiste que nunca me quedaría sola, aquel día cuando llenaste mi espacio y lo vaciaste sin descaro. Cuando.... porque hoy me encuentro mas que sola, cuando... porque hoy mi vida te añora; y en mi miseria te pregunto, pero que soy sin ti, quien soy sin voz, quien eres tu cuando no puedo ser yo nada.

Que tengo, que hay aquí, que soy.... te llevaste todo y ahí abajo se pudre todo, nuestras almas son calcomidas por míseres gusanos, nos separan, nos depuran, nos disturban; así pequeño como tu lo hiciste primero, así como tu tiraste toda la existencia de mi ser a la tumba; así lo hacen ahora los gusanos con lo poco de alma y recuerdos que me quedan.

Soy vil restrego de la insatisfecha identidad que me dejaste. Acurrucada en los confines de mi soledad, si hoy recuerdo cual cruel trato infame que de ti solo recibí, esperaba cada mañana un ocaso diferente.... cuando, como, no lo se.... poco a poco mis ánimos cayeron en el fondo de una zanja profunda hecha tan solo con desprecios y mentiras... llenas de falsas esperanzas y risas repletas de egoísmo puro. Infestada de dolor y burlas de tu ser que no me llenaban mas que de heridas a mi ya acabado corazón.

Aquel día, bien lo recuerdo cuando entre las promesas de tu fidelidad cayeron ríos de carcajadas, disfrazadas de engaños latentes... aquel no lo supe... aquel día, después de sonreírte solo cobardemente disparaste....

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