jueves, 26 de marzo de 2015

El desván de mis ilusiones

Como si nada fuera poco, como si todo lo habitado permaneciera en el olvido. Jactarse de lo pasado trayendolo al presente de manera constante es, no dejar morir lo vivido, es conservar el error a modo de victoria gloriosa. Conservar el recelo, e inmutarse ante el reproche constante, la vida no es tan placida como te imaginas, son caídas constantes, golpes directos a la cara, son fracasos e insatisfacciones que no se pueden comprender y las de las cuales no hay respuesta. Los caminos siempre son confusos, mal planeados y elaborados al azar lanzandolos al abismo esperando que caigan sobre tierra fértil y sobre razones que no se aterrizan en concretas armonías. Entre tanto que vivir, entre rutinas tan vividas, existe el desanimo y la exasperante  complicidad de una espera batallosa y dolida por los mustios recuerdos, algunos obsoletos y otros mas recién creados. Que complejo es el mundo, que incierto es el futuro, que susurra ante las calamidades de los cambios que parecen engañarnos en la constante desesperanza.

Esperando el solsticio de primavera como si todo permaneciera en otoño e invierno. Los juegos mal planeados nos hacen enfrentarnos ante la rudeza de la realidad, basada en reglamentos sin respetar y promesas que no se cumplen. Cual es el secreto de tu sonrisa dormitada, tan desalmada en la rareza de tus silencios.Buscar rodear obstáculos es ya mi cruel destino, pues cansada de intentarlo y a punto de rendirme ante lluvia que sobre mis hombros , a veces con granizadas. Mi corazón quiere ya rendirse, mi alma de luto ya no puede seguir.Y las voces no calladas retumban con sigilo hasta verme de nuevo doblar mis puños hacia el suelo, hasta que se arrastren por tan difícil camino.

El desorden en mi alma se apodera de mis razones y decidir la mejor opción, es el peor de los designios que la vida me ha enfrentado en todos mis caminos.

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