jueves, 31 de octubre de 2013

Palabras muertas.

Hoy que hay tiempo, pienso en escribir. Pero mi mente divaga como si fuese un velero en alta mar sin rumbo fijo, cierro los ojos y creo no poder recordar como es que las cosas suceden tan bruscamente. 

Pienso en mil maneras de expresar la forma correcta y concreta de los hechos. Pasan las horas y los minutos son eternos, son tan lentos que se disfrutan en sabores distintos, añejos, sombríos... Así relajada estancada en tiempo y forma, ridiculizada en los pensamientos que no terminan por definirse, las melodías del tiempo marcan otra hora mas y entre el  susurro del ayer me encuentro sola de nuevo, esperando el cambio y el sol del nuevo día. Pensé en esta nueva oportunidad de vida, respirar aire puro, escribir de nuevo una novela, absorber las risas y los llantos de mi alma y volcarlos hacia el abismo que resguarda en la colina. 

Allanando los recuerdos que se mantienen con los sollozos nocturnos de las sombras que permanecen a la espera del final.

Con la mente al acecho van entrelazándose los vagos pensamientos cristalizados en diminutas partículas, separando frases concretas, retorcidas en la mentira convertida en verdad, corrompida y obsoleta. Entre los espacios del tiempo se visualiza un poco de ironía, fragmentada en la so sobra de tu mirada violenta; pequeños y sin sabores fraseos que entorpecen el camino de quien queriendo escribir una historia solo se reserva en el silencio con las palabras muertas y los sueños arrebatados esperando en un futuro poder encontrar de nuevo el camino.

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