miércoles, 11 de septiembre de 2013

Recuerdos del tiempo

Pasando las horas entre tanto silencio, se va la vida lentamente, alimentada de recuerdos; momentos que pasan, sucesos que se dejan ir y que mas tardar en marcharse que en lo que se vuelven anhelados; mas solo sin actuar se pierden, se mueren, se agotan y terminan por olvidarse para ser sustituidos por nada.

Entre mas pasa el tiempo, algunos recuerdos se van compactando, perdiendo segundo a  segundo, lo valioso que hace de lo vivido recobrar el precio y que se atesora cual joya preciosa. Finalmente nada queda, algunos recuerdos aparecen como cosa perdida, desgastados por el espacio y por el ritmo de vida tan pasajero que agudiza la supervivencia de los momentos valiosos.

A veces el instante se va sin mas ni mas y solo quedan secuencias perdidas, como piezas revueltas de un rompecabezas; otras mas, robadas por otros momentos que sin alegato desplazan los sueños perdidos en la mente, que entre uno y otro se van difuminando en lo gris y lo abstracto, dejando de ello tan solo vagos recuerdos nauseabundos, agrietados, dolidos y quizá ya triturados, convertidos en espacios huecos sin voz;  donde alguna vez estuvieron y fueron revividos con grandes emociones y sentires, esmerados por la fiel recompensa de tenerlos presentes. 

Traficando con recuerdos, solo así pasan las horas, segundo a segundo formateando el pasado, dejando tan solo un algo olvidado.

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