miércoles, 11 de septiembre de 2013

Recuerdos del tiempo

Pasando las horas entre tanto silencio, se va la vida lentamente, alimentada de recuerdos; momentos que pasan, sucesos que se dejan ir y que mas tardar en marcharse que en lo que se vuelven anhelados; mas solo sin actuar se pierden, se mueren, se agotan y terminan por olvidarse para ser sustituidos por nada.

Entre mas pasa el tiempo, algunos recuerdos se van compactando, perdiendo segundo a  segundo, lo valioso que hace de lo vivido recobrar el precio y que se atesora cual joya preciosa. Finalmente nada queda, algunos recuerdos aparecen como cosa perdida, desgastados por el espacio y por el ritmo de vida tan pasajero que agudiza la supervivencia de los momentos valiosos.

A veces el instante se va sin mas ni mas y solo quedan secuencias perdidas, como piezas revueltas de un rompecabezas; otras mas, robadas por otros momentos que sin alegato desplazan los sueños perdidos en la mente, que entre uno y otro se van difuminando en lo gris y lo abstracto, dejando de ello tan solo vagos recuerdos nauseabundos, agrietados, dolidos y quizá ya triturados, convertidos en espacios huecos sin voz;  donde alguna vez estuvieron y fueron revividos con grandes emociones y sentires, esmerados por la fiel recompensa de tenerlos presentes. 

Traficando con recuerdos, solo así pasan las horas, segundo a segundo formateando el pasado, dejando tan solo un algo olvidado.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Cosas que se ven.

Las personas dicen que una imagen vale mas que mil palabras, y una mueca dicen menos que la expresión misma de los sentimientos y  las emociones. Voces calladas a través de una fotografía distorsionada por los alrededores que torna el fondo de una imagen que quiere decir aquello que no todos saben descifrar.

 Disparates sin sentido se escuchan sordamente a través de la mirada de los paseantes que sin saber del dolor ajeno reconstruyen y creen influenciar en los haberes del destino del resto de los seres.

 Proyecciones engañosas a través de meticulosas frases que emanan para disfrazar la soledad y la melancolía del que sonríe y se tumba por dentro. Corazones rotos con sonrisas despampanantes Coloridas manifestaciones de danzantes grises; saludos parloteantes cubiertos de indeseables encuentros. 

Que tan farsante te vez en el mundo que andas con mascara entre los ayeres y los futuros desorbitados con la esperanza vacía en raros aconteceres, maquillando sonrisas y lagrimas sueltas. como saber cuando se intenta ser lo que eres o cuando se es lo que quieren que seas,  la palabra honestidad ya suena como burda, enclaustrada en los tiempos remotos donde no se competía por un tramo de estacionamiento, ni siquiera un turno en la larga fila; aquellos tiempos y espacios que donde la imagen era tan pura que justamente lo que la miraba veía era eso... lo que exactamente el ambiente reflejaba.