miércoles, 13 de marzo de 2013

Pasadisos del destino

Como una vil enredadera trapa sobre las paredes grisáceas de la casa vieja, así las cicatrices trepan por doquier, cual si fueran seres vivientes, pensantes, crecientes, que van por allá y por aquí, hacia ningún sitio, hacia ningún lugar, urgan, se esconden, salen, crecen. están simplemente ahí, esparciéndose por todo mi cuerpo, como si se apoderaran desde años atrás y se estableciera como colmenas vivientes, fortalecidas, unificadas. Pareciera que se bastan a ellas solas para tener controlado su poderío... su asentamiento. cuerpo mio te he perdido, eras mi propiedad, yo era dueña de ti, y ahora ya no se de quien dependes, si de mi o de la sombría cicatriz, la temerosa soledad que teje sobre mi cuerpo que ya no me pertenece mas. Esta plagado como si fuese peste, que se esparce por doquier, sin autorización si quiera, sin pensarlo tal ves.

Voy camino a una cima, para enfrentarme contra ti, esperando la victoria para ser libre al fin, yo me armo con dolientes fuerzas, no se si baten pero el intento haré, y aunque el ultimo suspiro inerte de mi alma yo jamas me rendiré. Pero si por el sendero vez pasar mi aliento y mi suspiro mirame. Que mi alma no descance si de Ti no me libre. caminare entonces por los pasadisos secretos de la tierra que alguna vez yo enuncie, malditos  destinos desorbitados que jamas encontrare. Si mi alma se equivoca y el suelo llegase a ver tan de cerca que mi exhalacion el polvo arrancare, te prometo que con la muerte por Ti regresare.