jueves, 27 de septiembre de 2012

Todo es inherente a la razón

Como cúmulos de nubes grises que se van acrecientan en los desiertos desolados; como la falta de agua en epocas de arídez se ausenta de las plantas, así yace el invierno en mi alma, donde siempre es frío eterno, donde la neblina invade la mirada hacia el horizonte donde el corazón se ha quedado sin marcha en la ilusión fracasada por un poco de palpitar que ha la distancia pareciera que responde, pero nunca llega ni se asoma.
 
 
Pareciera sin embargo que en sus desvelos susurra una voz suave su llegada, y en las noches calladas llenas de melancolia esa poca de esperanza se turna en imagenes apagadas ; como en la ciencia ficción, que rie cuando parece que vence la batalla;  la razón que evoca y proyecta una mezcla de angustia y de presión, guardada y reprimida bajo el yugo de tu desprecio que como siempre me alcanza.
 
 
Torniquetes que van suplantando dureza en lugar de un poco de cariño y se va de nuevo engañando al olvido, fracasando en cada intento; sin razonar vuelve el silencio a mi boca, y un nuevo lamento se clava en mi pecho ya abatido de tanto sufrimiento esclavizado al desprecio y el silencio, donde una herida mas no es mas que una cruz que forma parte de un gran cementerio. Y el corazón ahi queda todo herido, acabado en su intento, reprimido y descontento.
 
 
Todo se vuelve abstracto y sombrío, todo parece insoluble e insoluto, incapaz de colmar con solo un poco de mentiras a este amor que se extingue y desparece, muerto e inherente; esperanzas fallidas, angustias insostenidas y heridas irreparables que no terminan de imaginar otro final menos detestable.
 

jueves, 13 de septiembre de 2012

En memoria muerta.

Aquel día cuando me dijiste que no te irías, que no me dejarías... aquel día me prometiste que nunca me quedaría sola, aquel día cuando llenaste mi espacio y lo vaciaste sin descaro. Cuando.... porque hoy me encuentro mas que sola, cuando... porque hoy mi vida te añora; y en mi miseria te pregunto, pero que soy sin ti, quien soy sin voz, quien eres tu cuando no puedo ser yo nada.

Que tengo, que hay aquí, que soy.... te llevaste todo y ahí abajo se pudre todo, nuestras almas son calcomidas por míseres gusanos, nos separan, nos depuran, nos disturban; así pequeño como tu lo hiciste primero, así como tu tiraste toda la existencia de mi ser a la tumba; así lo hacen ahora los gusanos con lo poco de alma y recuerdos que me quedan.

Soy vil restrego de la insatisfecha identidad que me dejaste. Acurrucada en los confines de mi soledad, si hoy recuerdo cual cruel trato infame que de ti solo recibí, esperaba cada mañana un ocaso diferente.... cuando, como, no lo se.... poco a poco mis ánimos cayeron en el fondo de una zanja profunda hecha tan solo con desprecios y mentiras... llenas de falsas esperanzas y risas repletas de egoísmo puro. Infestada de dolor y burlas de tu ser que no me llenaban mas que de heridas a mi ya acabado corazón.

Aquel día, bien lo recuerdo cuando entre las promesas de tu fidelidad cayeron ríos de carcajadas, disfrazadas de engaños latentes... aquel no lo supe... aquel día, después de sonreírte solo cobardemente disparaste....