martes, 9 de noviembre de 2010

Momentos de nadie.

En la sosobra de la vida, se vive careciendo de amor; titilando como huerfano inhumano mendigando y arrastrado entre los seres que se acercan y luego se van. El amor solo se bofa de lo que ve, de lo que pasa... El amor siempre se burla... entre las calles desnudas de la efímera travesía de vivir, se calcomen los momentos aquebrantados, los paseantes solo ven pasar al amor, y se quedan como siempre, como nunca, como nada...  con las  manos vacíos, huecas, secas... así como se queda el corazón. 
Entre el encuentro del ser y la razón se encuentran virilmente desfazados  con el dolor y el amor. Los momentos se esfuman cual burbujas al viento, solitarias recorriendo destinos desconocidos al lado de pasajeros sin rumbo fijo.
Espacios inimaginables que dan de que pensar, sitios donde el alma se alborota y deja sin aliento a los complices del destino. Los juicios de cada momento se declinan hacia lo absurdo; se desfallecen en la terrible sospecha de dolor y la soledad.
Espectros de vida que dañan e ilusionan sin ton ni son, algarabías que blasfeman los callados momentos donde el alma se hiere y se desangra de tanta amargura que se penetra en las entrañas del ser, dejando de lado los bellos momentos que se fueron y que no regresarán jamás por la simple razón que nunca lo fueron de nadie.

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