lunes, 7 de septiembre de 2009

lEso que no debio ser escuchado nunca...

Caminaba bajo aquella pesada y obscura noche, solo el aire sigiloso retumbaba en mis oidos y mi pecho titilaba de terror. Yo estaba ahi y a mi espalda, nadie mas. Es dificil seguir cuando las voces te gritan y no se pueden callar; esa sensacion de parar y voltear, que es lo que será mejor. Detenerse o seguir, regresar o solo esperar... El tiempo pasa y las horas matan, susurros y gritos, llantos y quejas que no acaban, retumban como locos tambores que truenan y desgarran, aquebrantan mis latidos y el terror me abraza. Aqui no hay nadie, solo avanza. Caminaba y mas gritaban, son los llantos de mis huesos, son los gritos que no acaban, son las heridas que se abren cuando el viento te atrapa, es angustia, es tristeza, es amedrentar la calma. Los murmuros de violencia merecida golpean y sacuden mi avatida existencia cuando enfrentando mis temores me doblegan y me tumban como hoja seca. En las noches cuando todo duerme, mi alma huye desorbitada por los rincones sin rumbo ni ruta fija, sin luz, sin aire, sin vida. Sucumbe en los placeres del obscuro y grotesco pasaje lleno de sombras; que mas de ser incoloras son hoyos negros que te envuelven y te amedrentan para acerte rendirte ante lo inesperado y lo infortunio.

Agonizar en el alma y remontar en el amanecer de lo no deseado. La esperanza de despertar inerte sin latidos, sin pulso, sin nada que sentir, sin nada que temer, sin nada que llorar. Pero en el duro intentar de abrir los ojos, estos los hacne sin oponer resistencia, asi de frivolos ante la suplica del alma. No hay mas por que pelear, a quien pedirle, a quien rogarle, a quien suplicarle que esto acabe. Tormentos de dia y tormentos de noche, en las que el alma rehuye de mis alcances, pero se que el fin de los dias esta marcado con un incentivo que pronto llegara y sera como brisa suave que alentara en lo mas profundo de mis sentires y mi alma rebosara de alegria al ver la calma que se aproxima en los mas de mil intentos fallidos, que susurros callaran, que de gritos pararan, que de llantos secaran, que de inviernos pasaran sin mas ni mas.

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