lunes, 7 de septiembre de 2009

Carta a mi amigo el buitre.



Hoy me atrevo a escribirte unas lineas, por que ya no soporto ver estas escenas. Verte postrado ante un pequeño hermano en pleno combate con su mas fuerte enemigo: la muerte.

Él que sin comer, ni beber durante semanas atrás; que sin dormir, ni reir, dias enteros, obscuros terrenos de soledad. Así como hoy te encuentras tú, en espera a que la muerte le gane la batalla, así me alma se encuentra; solo en espera aque mis temores se lleven mis entrañas, desterrada de la vida, de la realidad, de la ponsoña que es estar donde no quieren que estes; de la desgarra de creer que puede llegar a cambiar las cosas y arrebatarte toda posibilidad. Así, solo así como se encuentra este africano tirado en medio de la nada, flaco, moribundo, mal nutrido, desprotegido; así mi ser se encuentra entre sosobras, asquiada de miseria y amores heridos, postrada ante lo incierto, ante lo frio, ante lo adversario que a cada momento me deja siempre en espera de que algo surja de repente y me libere de la impaciencia, de la frustacion, del desfalleciemiento, de la espera de volver a empezar. Así tirado como Él estoy yo tirado en obscuros terrenos sin encontrar la luz, sin encontrar consuelo, sin opciones a resurgir, sin posibilidades de volver a sonreir. Así, justamente así como te encuentras tú en espera a que la muerte haga su trabajo para que comineces con el tuyo. Por que una vez llendose el alma te dispondrás a sacarle las viseras y te tragaras todo dolor y sufrimiento... Quiza debamos agradecerte, no quiza yo pudiera pedirte lo mismo conmigo, por que despues del holocausto todo será mejor para mi y para todos.

Miralo ahí tirado el cuerpecito inherte. Temblando, porque sí... de frio... de hambre... de sed... de miedo... de espera fúnebre. Y tiene su mente en blanco como su alma. Pero si tan solo vieras sus ojos, que son una lámpara escondida en la más profunda obscuridad, en los más tristes pesares. Yo sin embargo no se si correre con la misma suerte, el alma no se limpia de ña noche a la mañana y quizá en mi, ya no existe impurezas que me salven de las almas desgarradas, bajaré sola al infierno, navegando por los rumbos de dolor y sufrimiento, de la misma manera que lo vivo, lo muero... dará igual , solo que los otros no verán la amargura de mi espacio.

Pero vele, amigo buitre, y por primera vez descubre su alegria, por que el sabe que después de que llegue el final, el se convertirá en angelito negro con el alma toda blanca y quizá cuando tú, señor buitre, te dispongas a comerlo, él ya estará volando y volará cada vez más alto para ya nunca jamás sentir el dolor y el sufrimiento que la miseria humana lo llevó a este momento.

Amigo buitre solo una pregunta te he de merecer... ¿no sientes dolor? ¿ no escuhas los gritos y lamentos?... como retumban... como susurra hasta el mismo viento, aunque así lo fuera sé que tienes una solución... devoralo pues. Comprendo que es lo unico que puedes hacer, por la sencilla razón de que no eres un ser humano, y un humano, no sería capáz ni de siquiera voltearlo a ver, ni mucho menos tomar su mano... Si él es capáz de sentir resignación y pacientemente espera su duelo sin resistirse, yo intentaré por lo menos ignorar a los que sin decir nada pasan por mi lado en la espera de que tu amigo buitre, esperes la partida de un alma que sin sabores desea finiquitar la huida.

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